Los sentimientos. Tan abstractos. Tan intangibles. Tan inexplicables. Y aún así son más reales que lo que tenemos ante nuestras narices.
Por estas razones son por las que me dejo llevar por ellos.
Por estas razones son por las que me dejo llevar por ellos.
He aprendido a base de golpes que cuando el corazón habla no hay nada que hacer. Así que mientras el mundo se siga moviendo por el dinero, sexo y demás, yo me seguiré moviendo impulsada por mis sentimientos.
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