11 Mar 2014

Let me hear you say "under the bridges"...

¿Y qué importa ya si hemos fallado o nos han fallado? 
Da igual quien se equivoque, son fallos, decepciones o errores, llámalos como quieras, pero hacen daño. 

Demasiado...


¿Pero de verdad es igual de doloroso decepcionar que te decepcionen?
Pues sí, al menos para mí, puesto que aún me queda un poco de conciencia después de lo mal que se lo he hecho pasar a todos los que me rodean.
No quiero fallarle a nadie más.

Hay decepciones que cuestan caras. Como las que rompen corazones en más de un millón de pedazos. ¿Y qué puedo hacer yo, la causante de este estropicio? Es que lo único que se me ocurre es reconstruir ese corazón (que no sé si es el tuyo o el mío) uniendo todos los pedacitos unos a uno. Sola.



Aunque entre dos es más fácil...

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