No te enamores de un chico solo porque tiene una bonita cara o unos abdominales definidos. Ni te enamores  tampoco de un bonito cuerpo, porque eso con el tiempo se perderá, así que más bien enamórate de sus abrazos y de sus caricias, del perfume de su piel. También de las emociones que te regala. Enamórate de sus imperfecciones, y hazlas bonitas, porque una imperfección es lo más perfecto que tiene una persona. Enamórate de su esencia, no pongas atención a las formas, sino excava en su alma y llega hasta lo más profundo de ella. Enamórate de todo esto, porque es lo único que durará siempre.