Érase una lágrima solidificada, helada y horrorizada.
Érase mi alma atrapada en un espejo, secuestrada por su reflejo.
Érase una aguja buscando a su compañera imaginaria en un pajar.
Érase unos besos apasionados entre el mar y la arena.
Érase unas estrellas que brillaban al ritmo de una canción.
Érase un paraje nevado y cálido como el Sol.
Érase una vida que no prosperó.
Érase un futuro que jamás llegó.
Érase una Luna que iluminaba mis días y un Sol que oscurecía mis anheladas noches.
Érase una golondrina que volaba en dirección contraria.
Érase una nube bajo el agua y peces por el cielo.
Érase un amor no valorado como se debía por pretéritos ciegos.
Érase...
Érase...
Érase...
Pero ya no.
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