Nadie me ha puesto la zancadilla. Nadie me ha empujado. Nadie me ha tirado.
He llegado yo solita a las profundidades de las que me he adueñado y he convertido en mi hogar.
¿Cómo he llegado aquí? Vaya pregunta. Es sencillo, las mentiras y amar a un ser que nunca existió formaron mis monstruos, mis sombras y el plomo que me arrastró hasta aquí abajo.
Ya casi rozaba el cielo cuando yo misma me volví a tirar...
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